sábado, 6 de febrero de 2010
El resultado de la duda y la desorientación.
No hay nada mas haya de nosotros, no existen normas ni principios morales que rigen nuestra vida. El humano tiene la virtud de no tener definición ni concepción de la nada, y es precisamente esto el causante del dolor, la lucha entre nuestra lógica y la realidad. Le damos sentidos a cosas inexistentes, para que nuestra cabeza no explote y sigamos "vivos y libres" para pensar desde nuestra plataforma de creencias y principios.
Libertad, tiempo, honor.... solo son palabras que hay en nuestras cabezas.... para que sigamos dominando el mundo.... o para impedir que él nos domine a nosotros.
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